La Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular es de aplicación tanto a productores y gestores de residuos, como a las administraciones públicas y a los propios consumidores.
El principal objetivo de esta ley es la reducción al mínimo los efectos negativos de la generación y gestión de los residuos en la salud humana y el medio ambiente, teniendo en cuenta los principios de la economía circular, para un uso eficiente de los recursos.
PRINCIPALES NOVEDADES 1/2
Las principales novedades de la Ley 7/2022 son:
- Reducción en peso de los residuos generados del 13% en 2025 y del 15% en 2030, respecto a los generados en 2010.
- Limitación del uso de plásticos:
- Reducción de la comercialización de productos de plástico de un sólo uso de un 50% en 2026 y un 70% para 2030, respecto a 2022. Se fomentará el uso de alternativas reutilizables o de otro material no plástico.
- Con el objetivo de reducir el consumo de envases de un solo uso, los establecimientos hosteleros deberán ofrecer a los consumidores la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y se impulsará la venta a granel en las grandes superficies comerciales.
- Prohibición de la introducción en el mercado de productos de plástico como pajitas, bastoncillos, cubiertos, platos, y en general cualquier producto hecho con plástico oxodegradable, así como las microesferas de plástico de menos de 5 mm, por lo que se prohíbe, por ejemplo, añadir microplásticos a cosméticos o productos de limpieza.
- Establecimiento de obligaciones para los productores iniciales u otros poseedores de residuos, relativas a la gestión de sus residuos, así como a las relativas al almacenamiento, mezcla, envasado y etiquetado de sus residuos.
- Establecimiento de obligaciones para los gestores de residuos en relación con:
- Los requisitos de almacenamiento y de suscripción de fianzas, seguros o garantías financieras equivalentes, así como las obligaciones específicas de los gestores de residuos en función de su actividad.
- Objetivos y medidas en la gestión de los residuos, destinados a fomentar la preparación para la reutilización y el reciclado fijándose un calendario de implantación de nuevas recogidas separadas: biorresiduos, textiles, aceites de cocina usados, residuos domésticos peligrosos y residuos voluminosos.
- Medidas específicas para los flujos de residuos de los biorresiduos, aceites usados y residuos de la construcción y demolición.
- El transporte de residuos destinados a la eliminación y la valorización.
- Regulación de las comunicaciones y autorizaciones de las actividades de producción y gestión de residuos.
- Ampliación de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), donde se destaca que es necesario realizar el diseño de los productos de forma que se reduzca su impacto ambiental, establecer sistemas de depósito que garanticen la devolución de las cantidades depositadas y el retorno del producto para su reutilización o del residuo para su tratamiento, responsabilizarse total o parcialmente de la gestión de los residuos y asumir la responsabilidad financiera de estas actividades.
- Retirada del amianto. La ley establece que, en el plazo de un año, los ayuntamientos deben elaborar un censo de instalaciones y emplazamientos con amianto incluyendo un calendario que planifique su retirada.
Se prohíbe la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos como, por ejemplo, textiles, juguetes o aparatos eléctricos, que deben destinarse a canales de reutilización o donación, y cuando esto no sea posible, a la preparación para su reutilización.